Podemos utilizar los germinados para tratar dolencias de diversa índole. Se ha demostrado que pueden ser útiles para tratar múltiples carencias, son antianémicos, útiles como reguladores intestinales, depuran el organismo, regulan el sistema endocrino, incrementan el tono muscular y tienen un efecto positivo en el metabolismo en general...
Son muy útiles para personas que tengan problemas digestivos, o se encuentren convalecientes, y no puedan alimentarse con los demás alimentos crudos, ya que los germinados no les causarán ningún problema. La riqueza enzimática de éstos facilita su absorción por el organismo. Aquellas personas que padezcan gota no deben preocuparse a la hora de consumirlos ya que no producen ácido úrico. Proporcionan mucha vitalidad gracias a su alto contenido en vitamina C.
Tienen un altísimo valor nutritivo. Su valor nutritivo es unas diez veces alto que el de los granos y semillas y unas 100 veces más alto que si los granos y/o semillas están molidos. Se encuentran llenos de nutrientes y de energía concentrada. Por tanto son muy útiles para evitar las carencias de los alimentos procesados industrialmente que perjudican al organismo.
Durante la germinación se produce una intensa actividad metabólica. Ocurren cambios químicos en la semilla que activan una “fábrica de enzimas” muy poderosa, que nunca más vuelve a ser superada en etapas posteriores del crecimiento de la planta.
Por tanto al consumir esta alta concentración de enzimas, éstas actúan sobre nuestro metabolismo, regenerando nuestro torrente sanguíneo y los procesos digestivos.
Son muy útiles para personas que tengan problemas digestivos, o se encuentren convalecientes, y no puedan alimentarse con los demás alimentos crudos, ya que los germinados no les causarán ningún problema. La riqueza enzimática de éstos facilita su absorción por el organismo. Aquellas personas que padezcan gota no deben preocuparse a la hora de consumirlos ya que no producen ácido úrico. Proporcionan mucha vitalidad gracias a su alto contenido en vitamina C.
Los germinados son los alimentos menos contaminados que podemos encontrar
(siempre que usemos semillas orgánicas).
Durante la germinación se produce una intensa actividad metabólica. Ocurren cambios químicos en la semilla que activan una “fábrica de enzimas” muy poderosa, que nunca más vuelve a ser superada en etapas posteriores del crecimiento de la planta.
Por tanto al consumir esta alta concentración de enzimas, éstas actúan sobre nuestro metabolismo, regenerando nuestro torrente sanguíneo y los procesos digestivos.
Mi primer germinado fue de lentejas (me moría por hacer el mío y no conseguía granos o semillas porque acababa de mudarme y no conocía nada) y además de ser algo SENCILLÍSIMO, resultó, como siempre, fascinante ver crecer las plantitas...
Cómo germinar lentejas paso a paso
1 - Preparen entre 150 a 200 g de lentejas secas. Les pongo la comparación con un vaso americano para que vean la cantidad, más o menos. No se excedan porque, ya verán, LOS BROTES CRECEN.
2 - Tomen un envase UHT cualquiera, yo usé uno de leche. Échenle agua y una cucharadita de bicarbonato para eliminar las bacterias. Enjuaguen.
3 - Con un cuchillo de cocina, hagan pequeñas incisiones por toda la caja, como para que el agua pueda salir por ellas, pero no las semillas.
4 - Ármense de paciencia y echen las lentejas dentro de la caja. Pueden ayudarse con un embudo de boca ancha o hacerse un cono de papel. La boca del envase puede ser cortada grande, DESDE QUE LE DEJEN UN BORDE SUFICIENTE COMO PARA DOBLARLO, para evitar que las semillas se escapen, ya que la caja será colocada siempre boca abajo.
5 - Dos veces por día INVARIABLEMENTE (o pueden perder el germinado) deberán agregar agua a la caja, sacudirla bien para remojar todo el contenido y, doblando el borde de la boca abierta, eliminar el exceso de agua. Luego, la colocarán boca abajo en un plato hondo, que pueda mantenerla inclinada, para que elimine el resto.
6 - Después del primer día, si espían por la boca del envase, verán que las semillas ya están comenzando a brotar. A cada día que pase, "sentirán" cómo van creciendo, porque cada vez que las sacudan para eliminar el agua, las semillas dejarán de sacudirse; todo estará lleno de brotes. Al tercer o cuarto día verán que la caja ya está llena. Hora de abrir con la ayuda de una tijera.
7 - Como pueden ver, la caja está ya casi llena. Pueden dejarla uno o dos días más (siempre remojando), pero no se excedan mucho más que eso porque dejarán de tener espacio y acabarán pudriéndose. Yo esta vez me moría por sacarlas jeje, la próxima vez los voy a dejar por lo menos dos días más.
8 - Una vez así listas, pueden dejarlas en un lugar en el que reciban luz del sol para que los brotes verdeen (produzcan clorofila), o pueden consumirlas así nomás. Para guardarlas, en una bolsita o en un envase cerrado, y a la heladera, duran varios días aunque cuando ya las vean amarronarse y ponerse "babosas" es que están feas.
9 - Para comerlas, obvio que crudas en ensaladas, pero también pueden prepararlas salteadas en ensaladas calientes, omelettes, revueltos o en otro tipo de preparaciones, SIN COCINARLAS DEMASIADO (o sea, echándolas a último momento para que pierdan lo menos posible de nutrientes). ¡Bom apetit!
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Publicado por: Anunciadora de Sión
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y asi tambien podemos hacer con los demas
ResponderBorrarSí, sólo tener en cuenta que cada semilla tiene su grado de humedad y su "largura" de brote. Yo ya he hecho de arvejas, de porotos azuki y poroto negro y estas usan la mitad del agua (las riego sólo una vez por día) o se pudren y sacan hongos, y además los brotes son cortitos. Pero todo es DIVERTIDAMENTE RIQUÍSIMO, NUTRITIVO Y SALUDABLE jeje ;)
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