La misma Toráh y normas para juzgar serán aplicadas a ambos ustedes y el extranjero que vive con ustedes."
Números 15:16
El extranjero mencionado en el anterior pasaje, para el tiempo en que fue escrito, es el que residía dentro del Pueblo de Israel y voluntariamente había abrazado los pactos, incluyendo el de la circuncisión física.
¿Está vigente hoy en día dicho pasaje?
Por supuesto que sí. Sólo que bajo el actual Pacto Renovado, la cosa ya no es tan sencilla como antes. Los requisitos se han ampliado. El extranjero, al igual que todo israelita, está bajo la misma ley y las mismas ordenanzas al retornar a los pactos, pero ahora según el Berit Kjadashá.
Este tipo de extranjero es también llamado prosélito, o converso a la senda original antigua del Mashiaj encarnado. Para confirmar su conversión, todo aquel descendiente moderno de Israel o gentil, ambos por igual deben arrepentirse, ser inmersos en agua y recibir el Ruaj Ja Kodesh para poder continuar por la senda trazada por Yahshua hasta la meta, y entonces recibir la promesa.
Mientras un extranjero que "resida" entre los israelitas y los extranjeros conversos no reconozca su identidad ni responsabilidad respecto a los Pactos, ni entre en el pacto de la circuncisión del corazón, realmente no tiene la misma Toráh que Nuestro Adón Yahshua.
Cuando dice "residir entre los israelitas", significa que esa persona desea VIVIR DENTRO DE LA COMUNIDAD DEL VERDADERO Y ESPIRITUAL PUEBLO DE YHWH, lo cual no quiere decir que se muden a Yahsrushalayim ni que empiecen a ir a las sinagogas, ni ¡POR EL AMOR DEL ETERNO! que se compren kipás y tefilins y se dejen crecer la barba. Significa que CONSCIENTEMENTE HABRÁN ENTENDIDO LAS CONDICIONES DEL PACTO AL QUE ESTÁN A PUNTO DE ACCEDER, porque si bien es cierto que Yahshua ya hizo todo para nuestra SALVACIÓN, todavía queda un largo camino para recorrer, que no implica sentarse a calentar bancos en una iglesia ni sacudirse espasmódicamente delante de una pared (¿DÓNDE ESTÁ ESCRITO QUE YHWH ORDENE REZAR DELANTE DEL MURO DE LOS LAMENTOS?), sino proceder a nuestra SANTIFICACIÓN (sin la cual nadie verá a YHWH, Hb 12.14).
Para una persona realmente inmersa y dotada del Ruaj Ja Kodesh (que no es otra cosa que estar convertido al Mashiaj o ser "circunciso de corazón") es imposible que voluntariamente continúe infringiendo la Ley sin llegar a arrepentirse. Actualmente vivimos el momento profético justo cuando los electos de Yhaweh reconocerán su identidad en Yahushua y harán teshuvá (retornarán a la obediencia), y cuando los infieles, junto con los aún no-llamados, continuarán metidos en la babilonia espiritual y sus religiones principales: el catolicismo con todas sus hijas protestantes, el judaísmo, el mesianismo y toda otra religión de mezcla.
Todo lo que había sido dado al antiguo pueblo de Israel le fue dado en carácter de "figura de lo por venir." De manera que la Torah consignada en el Tanakj es figura de algo aún mayor: la Palabra hecha carne. Dicha "Torah viviente" la tenemos consignada en el Berit Kjadashá y también en nuestros corazones (si es que hemos nacido de nuevo). De esta forma todo humano kodesh debe decir: "Ya no vivo yo, mas vive el Mashiaj en mi."
Según vemos en el mandato físico original dado por Moshé en Éxodo 12:48-49 que aparece debajo, y que aplicaba tanto al israelita (nativo) como al no-israelita (extranjero); de igual forma aplica hoy a ambos el mandato amplificado de circuncidarse del corazón, porque hay un solo estatuto para todos por igual:
Si un extranjero que se está quedando contigo quiere observar el Pésaj de YAHWEH, a todos sus varones circuncidarás. Entonces él puede tomar parte y observarla; él será como un ciudadano de La Tierra. Pero ninguna persona incircuncisa puede comerla. La misma Toráh se aplicará igualmente al ciudadano y al extranjero viviendo entre ustedes."
Éxodo 12:48-49
Si un extranjero se está quedando con ustedes y quiere observar Pésaj para YAHWEH, él lo hará de acuerdo a las regulaciones y reglas de Pésaj– ustedes tendrán la misma ley para el extranjero como para el ciudadano de La Tierra.'"
Números 9:14
Según el anterior pasaje lo ilustra de forma básica y simplista, sólo cuando una persona extraña a la Torah sea llamada por Yahweh podrá participar de la Pascua —lo que implica tener como ejemplo (y vivir como) Yahshua en todos los aspectos, incluyendo ser "nacido de nuevo" o circuncidado de corazón— junto con toda su familia si desea que también ellos participen de la celebración.
Pero si cualquier persona no es llamada a participar de la Pascua (que sabemos significa ser cubierto por la sangre del Cordero Yahushua y así librado de la muerte segunda), entonces obviamente dicha persona no tiene obligación alguna de aceptar sus requisitos; y así la ley, los pactos y las promesas que aplican únicamente a los conversos, no aplicarán a él. En tal caso no cometería un pecado mortal al no participar de la Pascua, como sería el caso para los que están en el pacto de la ampliada circuncisión (Núm. 9:13). Nadie puede venir a Yahweh si no es llamado por El, y El llama únicamente a través de Su Hijo Yahshua.
El extranjero que residía entre los antiguos israelitas y que no era circuncidado de prepucio no era parte del pueblo de Israel terrenal, según vemos:
"No comerán ningún animal que muera naturalmente; a pesar de que pueden dejar que el extranjero que se queda con ustedes lo coma, o lo venderás al extranjero; porque tú eres un pueblo Kadosh para YAHWEH tu Elohim. No cocerás al cabrito en la leche de su madre.
Deuteronomio 14:21
Ahora bien, como anteriormente apenas entrevimos, por encima de la enorme e incontable moderna descendencia de Israel —que suman billones de seres humanos—, existe un Pueblo de Israel en el orden celestial llamado a salir fuera del anterior, con un remanente especialmente llamado y destinado a gobernar a las naciones durante el séptimo milenio; y a esta pequeña manada (o remanente) se le conoce como los llamados a la congregación o ekklesia del Mashiaj, de la cual Yhaweh lo ha constituído ser cabeza. Ahí es inscrito todo judío y efrayimita que haya nacido del Ruaj Ja Kodesh y experimentado la circuncisión del corazón, junto con todos los extranjeros de entre las naciones que igualmente hayan experimentado la misma circuncisión del corazón, la requerida por el Adón y Rabí Mashiaj bajo el Pacto Renovado. Pues igual que ayer, sigue habiendo una sola ley y un solo estatuto para todos por igual.
Ese relativamente pequeño remanente del pueblo conocido como la Kejilah o asamblea de los kodeshim de Yahshua, es un pueblo espiritual guiado por un mismo Espíritu, el Ruaj ha Kodesh de Yhaweh. Es un templo de orden espiritual y celestial, es la futura Yahrushalayim celestial y es también el olivo celestial al que se le desgajan y se le insertan las ramas espirituales.
La piedra angular que rechazaron los constructores originales en la tierra había sido escogida por el Padre Yahweh desde un principio y puesta como fundamento para el futuro edificio celestial desde antes de la fundación del mundo. La raíz del olivo, la raíz de Dawid (Yahshua), está en el Reino de los Cielos donde todos los individuos que componen las ramas naturales y las ramas redimidas de las naciones serán dotados de cuerpos espirituales incorruptibles y morarán en eterna armonía al ser resurrectos.
La unidad entre ambas ramas se consigue únicamente mediante Nuestro Mashiaj, el Cordero Pascual. El es la raíz, y también representa al tronco (Israel). Entre los inconversos aquí en la tierra persiste una diferencia entre judío y efrayimita, hombre y mujer, esclavo y libre, pero no así entre los llamados y escogidos de la Kejilah de Mashiaj, como está escrito:
Ya no hay yahudita ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos ustedes son uno en el Mashíaj Yahoshúa.
Gálatas 3:28
En el Reino de los cielos habrá sólo UN SOLO PUEBLO: el actualmente constituído aquí en la Tierra por la Kejilah de los kodeshim cuando haya sido tomado en matrimonio al retorno de Yahshua, y allí todos seremos llamados hijos de Elojim. Es allí en el Reino donde se cumplirá la profecía que "todo Israel será salvo". Obviamente "todo" aquel FIEL de Israel, como revela la Palabra en otros pasajes.
Seremos un solo pueblo compuesto de seres espirituales cuya ciudadanía "no es de este mundo", sino que será del cielo (y desde ahora se nos exhorta en el Berit Kjadashá a pensar que ya lo somos), y allá tampoco habrá hombre ni mujer ni judío ni griego ni esclavo ni libre. Todos seremos iguales. Nadie se dará en casamiento.
Pero en adición a este pueblo fiel, en la tierra hay dos tipos de pueblos más, los hijos no-llamados de Israel y los otros descendientes de Noaj.
De esta manera existen en total sólo tres categorías de pueblos en la Tierra, pero sólo uno llegará a ser de orden celestial: el remanente de Yhaweh bajo Yahshua llamado "la Kejilah." De una vez merece que recordemos que la Kejilah de Yahshua del fin de los tiempos se compone de dos grupos de humanos fieles cosechados en dos etapas distintas: el primero los que componen el restante de los 144,000 (las primicias de los hombres), y los segundos el resto de los que componen la incontable "gran muchedumbre" y que son redimidos mas tarde durante la Gran Tribulación.
La Toráh no está "sólo en la Tierra" o "sólo en el cielo" como algunos erróneamente creen; está tanto en el cielo como en la tierra, pero fue dada aquí en la Tierra inicialmente al pueblo de Israel. La Toráh no ha sido dada a los noajditas ni demás israelitas, a menos que hayan sido llamados por Yhaweh a través de Yahshua, porque en tal caso todos los noajditas e israelitas que han existido habrían tenido la obligación de haber entrado a los pactos en algún momento de sus vidas, y lógicamente millones de ellos vivieron y murieron antes de Yahshua y por ende jamás lo conocieron. No toda la humanidad está siendo llamada a la misma vez. Y debemos recordar que tampoco toda persona que esté siendo llamada va a responder.
La Torah nos revela que el Plan de Yhaweh nunca ha consistido en llamar a toda la humanidad al mismo tiempo. El plan del Eterno es que haya muchas naciones en la tierra: muchas en ignorancia o desobediencia pero sólo un pueblo remanente, obediente y kodesh, separado de entre todas las naciones para, en el futuro gobierno milenario, ejercer como Reyes y Sacerdotes sobre el resto de la humanidad. Es aquí cuando todo el Israel fiel será finalmente restaurado y gobernará a las naciones. En tanto no se haya convertido a Yahushua y no esté preparado, no será restaurado ni podrá ejercer esa autoridad.
Por eso no se puede hablar de un "pueblo judío" ni de un "pueblo israelita" ni de un "pueblo israelita espiritual/cristiano," ni de sólo una Torá aquí en la tierra. Hasta que Yahshua no regrese por su pueblo elegido, cualquiera de los descendientes israelitas (numerosos "como la arena del mar") y de los noaj-itas puede aún ser llamado y hallado fiel en esta era. En efecto, durante la Gran Tribulación (período justo antes del retorno de Yahushua) muchos llamados responderán. Y la misma Torah que nos vino del cielo y que le fue dada a nuestros antepasados en el desierto mediante Moshe, es y será la misma Torah por la cual serán instruídas las naciones durante el milenio; y la que será usada para juzgarnos a todos en el día del Juicio.
...todos los que pecaron sin tener la Torah, sin intervención de la Torah también perecerán; y todos los que pecaron teniendo la Torah, por la Torah serán juzgados.
Romanos 2:12
La Torah permanece. No es "solo para los judíos," ni "solo para los de la Tierra." La Torah contiene las leyes permanentes e inmutables de Yhaweh que sirven de base para su gobierno celestial, y todo ciudadano celestial que hoy a aprendido a vivir por ellas, continuará viviendo por ellas en el mundo del mañana.
¡Así nos enseña la Palabra Kodesh consignada en la Torah!
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Esperamos que haya sido bendecido por este ministerio, que busca educar y advertir a las personas, de modo que puedan ver el Nuevo Orden Mundial que está por llegar (el Reino del Anticristo) en sus noticias diarias.
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Publicado por: Anunciadora de Sión
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